HISTORIA DE UNA GRAN EMPRESA



La fábrica como tal, comenzó como todos los buenos negocios (Microsoft, Appel, Hewlett-Packard, Rohde & Schwarz, etc) en una buhardilla con familiares y amigos allá por el año 1946.

Los comienzos fueron difíciles pues no había materias primas -la célebre autarquía de la postguerra-, pero Antonio Fernandez Ajamil y Luis Fernández Ajamil se las ingeniaban para fabricarse hilo de litz (hilo de cobre de varias hebras aisladas eléctricamente entre sí y que se utiliza para aumentar el Q -calidad- de las bobinas) o cualquier otra cosas que necesitasen. El objetivo era hacer y vender radios como fuera.

Sebastián Marzalo, que tenía muy buena letra, diseño para la empresa algunos diales para las radios con aquéllos pomposos nombres de ciudades extranjeras: París, Roma, Londres y Moscú.

Otro ejemplo de ingenio y superación en esta situación de precariedad de medios, era que se llegó a hacer núcleos ferromagnéticos para las bobinas, con óxido de la barandilla de la Concha, convenientemente convertido en polvo y mezclado con cera para aislar las partículas de óxido, ya que con el calor, esas bobinas tenían problemas de estabilidad.

Cuando aquello empezó a crecer como un bizcocho, hubo que pensar en emigrar a otro sitio más serio y la sede pasó a instaurarse en un viejo local en Inchaurrondo, que había sido antes una sidrería, justo debajo de las antiguas escuelas municipales del barrio.

Por esa época, continuaban haciendo radios que se vendían por la zona, pero comenzaron a hacer "conjuntos de bobinas" -lo que ahora se lama kit-para que los aficionados se construyeran sus propias radios, bien para sí mismos o para venderlas a terceros. También se vendían a otros talleres que tenían su propia producción de radios porque eran muy buenas. También se vendían a las escuelas por correspondencia -CCC en San Sebastián, Escuela Radio Maymo en Barcelona, etc- que tenían cursos de Radio.

Posteriormente llegaron las bobinas para la FM y los conmutadores; luego llegó la TV en b/n y los amplificadores de audio, ya en la nueva fábrica del Paseo de Zubiaurre donde llegaron a ser más de 100 trabajadores allá por el año 1964, esa fue la edad de oro de CREIG.

Luego llegó la TV en color y la etapa del SECAM y el sonido AM a 6,5MHz. Media Guipúzcoa veía y oía la TV francesa gracias a las adaptaciones que se diseñaban y fabricaban en CREIG.




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